Colibrí
Desde luego que el colibrí con su color verde precioso no podría ser indiferente a la concepción teúrgica precolombina que tenía ese color como sagrado y extremadamente hermoso, como las plumas de quetzal, el jade y las turquesas. Por otra parte su fragilidad, su gracia, alimentándose de flores, llevado de una en otra y escogiendo sólo algunas, así como las particularidades de ese vuelo, hacen casi imposible no verlo y que pasasen sus virtudes inadvertidas, aún para ineptos. A lo que además agregamos lo siguiente:
Al colibrí se le consideraba como símbolo de la resurrección. Se creía que durante la estación seca este pajarito permanecía colgado de un árbol, muerto, seco, sin plumas, y que resucitaba al comenzar el tiempo de las lluvias. Dice Sahagún: "Renuévanse cada año; en el tiempo de invierno cuélganse de los árboles por el pico: allí colgados se secan y se les cae la pluma. Cuando el árbol torna a reverdecer, él vuelve a revivir y tórnale a nacer la pluma, y cuando comienza a tronar para llover, entonces despierta, vuela y resucita." Así, las almas de los guerreros muertos, cuando bajan del Cielo, aparecen como colibríes. Y puesto que Huitzilopochtli es el patrono de los muertos en la guerra y como él mismo resucita cada mañana, el colibrí es su atributo. Lo dice su nombre: huitzitzilin significa 'colibrí'. Su tocado se compone de plumas de colibrí, y se le suele representar asomando la cabeza por el pico de este pájaro. (Paul Westheim, Arte Antiguo de México).
![Colibrí. Códice Magliabecchi](images/C/colibri2.jpg)
Quetzalcóatl, Códice Magliabecchi, pág. 123
E. Seler ve en las páginas del Códice Borgia a Quetzalcóatl en disfraz de colibrí; si recordamos que Quetzalcóatl es el planeta Venus, él establece una vinculación entre el ciclo vida-muerte-vida de este pájaro con el de aparición-desaparición-aparición del planeta en el cielo. → Guaraníes.