Encrucijada
El encuentro de caminos que forman una cruz y donde el viandante ha de tomar por una u otra dirección para continuar su camino, ya que una sola de ellas es la que concurrirá a su destino.
En la carta número VI del Tarot, el Enamorado, el protagonista debe escoger entre dos posibilidades, dos caminos que se abren a sus pies. El uno representado por una mujer de facciones regulares, la otra de facciones desarmónicas, encarnando la belleza y la fealdad (las Areté y Kakía griegas, la Virtud y el Vicio), el bien y el mal por uno de los cuales el hombre que está en medio de esta encrucijada, el Enamorado, debe optar para proseguir su camino.
Su simbólica es universal pues es también una imagen del centro del mundo y por lo tanto el punto de contacto con otros mundos. En la antigüedad solían estar marcadas por monumentos en este punto, o por un simple conjunto de piedras que lo señalaban, como las Hermas, o por "la diosa de las encrucijadas" asociada con Artemisa, Deméter, incluso Apolo y otras deidades, aunque en sus esculturas posee generalmente forma de mujer y su nombre es Koré.
Arcano VI del Tarot.
Lugar de culto para los ritos de fecundidad. Se dice que allí celebraban sus Shabbaths las brujas medioevales y de la Contrarreforma.