DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Fuga

Las mitologías, ¿no son como parábolas? Estas tienen dos centros, uno visible, o marcado, y otro invisible, y sus brazos se van encadenando y abriendo cada vez como las fugas musicales y como todo terminarán juntándose en un punto por la curvatura del espacio.

Las fugas son indefinidas y pueden diferenciarse en un solo detalle, el diverso tono en que estructuras iguales se reproducen contrapuntísticamente en otras análogas pero de mayor jerarquía. La fuga se escapa hacia otro espacio que ella misma crea en un tono mayor o menor según su ubicación en la escala. Se produce así una concatenación de estructuras que finalmente conforman un todo continuo que, en el caso de la tierra, tienden a volver a su origen debido a la curvatura espacial que nos impone el mundo que vivimos y que inclusive tiene también la esfericidad de la tierra tal como la de otros planetas, que se mueven y manifiestan de modo circular o elíptico. Esta fuga es la salida de ese todo, es decir de un indefinido que debido a su propia expresión se tiene que autolimitar mediante la idea y la palabra, para que tenga algún sentido a través de una forma que ejemplifique esta escapada de lo reiterativo de la que estamos hablando, es decir la de un indefinido que ya no es un caos sino un cosmos, definido por su origen que es al mismo tiempo su final, y que se perpetúa de modo constante.

Esto es igualmente lo que la Antigüedad conocía como Cadena de los Mundos.

Del cap. VII de mi libro El Simbolismo de la Rueda: "Y esta proporción, o ritmo, 'magnitud', o 'medida', constituye el orden del mundo, su ley, en el que cada una de sus partes se articula en proporción con todas las otras, pero guardando una relación que no siempre puede medir la serie numeral discontinua, puesto que en primer lugar el cosmos no es un espacio absolutamente continuo, y en segundo término, no es un modelo geométrico o mecánico, sino un organismo vivo, o las posibilidades que el germen o embrión porta en sí mismo."

2. Se trata siempre, desde el principio, de saber qué es el símbolo. Si uno toma al símbolo como lo que verdaderamente es, va a cambiar todo su mundo, porque en definitiva todo son símbolos. Y en ese viaje, establecido un centro, siempre hay un lugar donde retornar y por donde uno puede ir escapándose propiciando una ruptura de plano de la percepción, o mundo, realizando otros estados de la conciencia.

3. La Deidad al crear ha tenido que limitar para manifestar. Sin embargo se reconoce a Sí misma en la Creación. Y todo esto es simultáneo: siempre es Ahora. Árbol de la Vida.