DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Mayas

Los mayas son una de las civilizaciones precolombinas más fascinantes. Sobre ella mucho se ha escrito como muestra de un mundo que incluía la escritura asentada en sus códices y que es de una riqueza extraordinaria, aún no descifrada, sólo parcialmente en su fonética silábica aunque sí en su aspecto calendárico, que sin duda es el principal y que da cuenta no solamente del cómputo de días, meses y años, sino incluso de grandes eras, tal la hindú y otras Tradiciones americanas. Pero respecto a estas últimas debe asentarse que sólo ellos, los mayas, utilizaron el concepto numérico del cero en sus cómputos.

Publicamos aquí únicamente unos fragmentos de sus libros, escritos cuando ya estaban cristianizados. Códices.

Los originales de estos libros se han encontrado en distintos puntos de la península de Yucatán –aunque son homogéneos–, con el nombre genérico de Chilam Balam, que indica la procedencia de distintos sacerdotes (sabios o chamanes) que de ese modo querían preservar su Tradición, pese a la conquista de los invasores europeos. Quichés.

Chilam Balam de Chumayel (Traducción A. Mediz Bolio):

El señor esté con vosotros, finalizaron las palabras de su canto, cuando no habían aún ni cielos, ni tierra. Cuando el mundo estaba sumergido, cuando no habían ni cielos, ni tierra, nació la piedra tres veces preciosa, después de que se declaró la divinidad del que gobierna, cuando no había cielo. Entonces nacieron siete katunes, siete tunes, que se sostuvieron en el corazón del viento, los siete elegidos. Entonces se dijo que, sus siete gracias también se animaron. Sus santas imágenes fueron siete. Pero mientras permanecían sin labrar, ocurrió el nacimiento de la primera piedra preciosa y de gracia, la primera gracia infinita en la infinita noche, cuando no había Dios. Todavía no recibía él su divinidad, sino que permanecía solo, en la gracia, en la oscuridad, cuando no habían cielos ni tierra. Entonces partió al final del katún, puesto que no podía hacerlo al principio. Se veían allá sus largas güedejas de cabello, adeu parami; cuando salió le llegó su divinidad. Entonces se convirtió en hombre en la segunda piedra infinita, preciosa y de gracia.

En seguida llegó el segundo katún. Alpicón, fue el nombre de su ángel cuando nació. A la segunda gracia se le permitió partir, en la segunda noche infinita, cuando no estaba nadie presente. Recibió entonces su divinidad cuando llegó, solo, por su propio poder. –Oh firmar, dijo, cuando por su propio poder recibió su divinidad.

En seguida él continuó y llegó a la tercera piedra infinita, preciosa y de gracia. Alba Congel fue el nombre de su ángel. Esta fue la tercera gracia.

– Permítaseme proceder hacia la cuarta e infinita piedra preciosa y de gracia, en la cuarta noche. Atea Ohe fue el nombre de su ángel. La cuarta gracia nació y comenzó a hablar de su propio poder. – Oh Dios, el Gobernador. Después de todo nada soy por mí mismo. Estas fueron sus palabras desde su escondite dentro de la gracia y divinidad. – Permítaseme proceder dijo.

En seguida él llegó a la quinta e infinita piedra preciosa y de gracia. La quinta gracia nació en el quinto katún. Cuando se elevó, se declaró su divinidad. Entonces su ángel nació: Decopo fue su nombre, cuando se elevó. – Ya que esto es así, permítaseme seguir. ¿Después de todo, quién soy? – Soy Dios el que gobierna (el katún). Y se declaró su divinidad por su propia fuerza. – A ninite dei sin, dijo, cuando recibió su divinidad por su propio poder.

En seguida llegó él a la sexta, infinita y preciosa piedra de gracia, la sexta medida de la noche, en el sexto katún: – ¡Ey dioses ey gobernantes! Contestad a mis preguntas, después de todo nadie soy por mí mismo.

Prosiguió la séptima gracia. Colamil fue el nombre de su ángel. – Entrego las cosas de Dios a ustedes que sois dioses. Contestad a mis palabras. No hay respuesta. No hay nadie después de todo. Así habló él, cuando nació la séptima gracia. Hubo regocijo en su corazón por el nacimiento de los siete elegidos, los siete katunes, las siete luces, las siete medidas de la noche, las siete cosas infinitas.

Rueda de los katunes.
Rueda de los katunes

Abiento bocayento de la zipil na de fente note. Sustinal gracia, trece mili, uno cargo bende. El primero, el segundo, el décimo tercero doblez; trece símbolos de los katunes, tres, siete, ocho mil. Entonces Dios, el Padre, despertó de su inconciencia por su propio poder, en la piedra tres veces preciosa y de gracia. Dios, el Padre, como fue conocido su nombre. Unidad y Dios, el Padre, fueron sus nombres desde que se abrió el katún para ustedes. Allí estaban tres generaciones de ángeles que aumentaron su estatura cuando él llegó. Siete fueron sus generaciones de ángeles. Cuatro veces dijo su discurso. Su señal estaba en la altura, en la oscuridad. – Yo soy el principio y seré el final. Estas fueron las palabras de su poderosa entereza. – Datate aquí lo cual ha sido recibido… Yo soy la Unidata. Soy Unitata Anuni. Unidad cometa.

Este fue el primer discurso de Dios; el primer discurso del Padre. Nilu fue el nombre de la noche, su piedra preciosa, sola en la noche, era de piedra limpia. Etomas Cipancas, el nombre del viento. Su padre fue el primer katún. El nombre del viento fue Otohacamil Aucangel. El nombre del viento fue Hieron. El nombre del viento fue Virtutus. En el segundo katún nombre del viento fue Joramis. Esto fue lo que dijo cuando cambió su piedra: Jaxyoncalpa. El cielo se cubrió con el nombre de nuestro Santo Señor. El padre lo elevó. El nombre de la serpiente del segundo cielo fue Bolay. Estaba en la arena, al pie de la Sustinal Gracia cuando se le llamó. Se formó Lomías. Durante la noche su piedra fue la piedra aguda. Su piedra fue Zihontún, cuando las piedras se fijaron en sus lugares. Se colocaron tres veces a los pies de la Sustinal Gracia. Estas piedras que nacieron estaban bajo (dentro) de una piedra poderosa piedra de columna de piedra golpeada. En seguida se manifestaron ante un mundo (por obra) de Dios, el Padre, el primer gobernador. En el primer katún nació el hijo de Dios, en el segundo, el Padre. En el tercer katún estaba Expleo-u-caan, como se le llamaba y a quien se le corrigió su nombre, llamándole Chac Opilla cuando se elevó al cielo. Empileo-u-caan era su nombre. Expleo era su nombre, según la medida de las cosas del Señor. Hebones era el único hijo del Señor. Se sostenía en la piedra de su padre, sobre su hombro a ahorcajadas.

Después se creó en la altura el cielo turbulento. El fuego se creó, nació de una piedra, de una gracia. Tixitate fue el nombre de la luz del cielo. Sustinal, dijeron, era la luz con la que se alumbraba el cielo. Acpa hizo el katún después de que se originó la luz del cielo. Alpa-u-manga se llamaba cuando se acabó.

Estos son los ángeles de los vientos, los cuales aparecieron cuando él creó la estrella, cuando no había aún luz en el mundo, ni cielos, ni tierra: el Pauahtún Rojo, el Pauahtún Blanco, el Pauahtún Negro y el Pauahtún Amarillo.

Aquí estaba el cielo cuando Dios, el Padre, se manifestó sosteniendo en sus manos su piedra, sosteniendo su canhel, sosteniendo su rueda, de la cual pendían los cuatro ángeles de los vientos. Cerpinus fue el nombre de quien, de acuerdo con Orele, midió la tierra. Eran tres personas: Dios el Padre; Dios el hijo y Dios el Espíritu Santo. El colocó los planetas: Saturno, Júpiter, Marte, Venus; los cuales dijo, sostenía en su puño cuando los creó. Este cielo se llamó Cristalino. Aquí estaban los ángeles. Corpinus se llamaba quien tenía en su mano la bendición de Dios, cuando no habían cielos, ni tierra. Inpico era su nombre cuando los Ángeles se rociaron con el hisopo. Baloyo se llamaba cuando el agua se esparció. Seros era su nombre, Et sepeuas. Laus Deo.

Abajo estaban Chac Bolay Balam y el Árbol del cacao llamado balamté. Esperas es el nombre del sexto cielo. Isperas el del séptimo cielo. Dios, el Gobernador, creó el mundo en el séptimo katún, en la oscuridad. Espíritu San Edendeus y San Eluceo fueron los santos que atestiguaron el nacimiento de quien estaba escondido dentro de la piedra, en la oscuridad. Se repite elitun entri de noche. Estas fueron las palabras del que estaba escondido dentro de la piedra, en la oscuridad: Tronas Aleseyo de mundo de gracia. En opedia tejo cipi dia te en pieted gracia. Edendeo gracia, de fentis de gracia, fenoplis tun gracia. Locom dar yme gracia, tretis u mis gracia Noci luci de gracia, in pricio de gracia trese mili uno de cargo, leonte.

Unos, dos, trece, una división, trece bakam de katunes. Tres, siete, ocho mil, fue la creación del mundo, cuando el que estaba escondido dentro de la piedra, en la oscuridad, nació, cuando no habían ni cielos, ni tierra. Dios Padre habló solo, en la oscuridad, que se sostenía como un fruto tres veces mustio a su Árbol habló por su propio poder. Esta fue la primera palabra de Dios, cuando no habían cielos, ni tierra, cuando salió de la primera piedra y llegó a la segunda. En seguida se declaró su divinidad. Entonces, junto con la palabra de la primera piedra de gracia, la primera piedra labrada, resonaron ocho mil katunes. La guacamaya era quien vigilaba bien detrás del Acantún.

– ¿Quién nació cuando nuestro Padre descendió? Vosotros lo sabéis. Nació enseguida la primera guacamaya quien lanzó piedras en el Acantún. – ¿Cómo fue que nació la semilla? ¿Cómo fue realmente, padre? – Vosotros lo sabéis. El tierno grano verde nació en el cielo. – Ciripacte, horca mundo. No mompan est noche. Amanema, omonema, apa opa; se dijo, cuando el viento salía de la gran piedra de gracia. Cipiones ted coruna, pater profecido, fueron sus palabras cuando llegó al séptimo estrato de la sólida roca de gracia. –Bal te piones, ortecipio reci cuenta noche. Hun ebrietate, hun cute profeciado; fueron las palabras del ángel Jerupiter. En seguida el cielo se colocó en su lugar, Corporales ti ojales, por (obra) del primer papa (también) el rostro del Katún y la tabla del Katún Trece Ahau. El Sol comenzó su recorrido, mirando hacia abajo durante el reinado de los hombres perecederos, los gobernantes perecederos. El Sol se eclipsó cinco días y se vio la antorcha del Katún Trece Ahau, el designio de Dios fue que sobrevendría la muerte a los gobernantes de esta tierra. El cristianismo llegaría. Los pueblos serían saqueados.

Estos son los augurios de Dios, nuestro Padre, cuando ellos llegaron, ya que no hubo acuerdos. Los descendientes de los primeros gobernantes fueron deshonrados, conducidos a la miseria, cristianizados; se les trataba como animales. Hay pesar en el corazón de Dios por causa de estos vástagos.

En el año de 1539 perteneciente al oriente, estaba la puerta de la casa de don Juan Montejo quien introdujo el cristianismo aquí en la tierra de Yucalpetén, Yucatán.

Chilam Balam, el profeta. Por lo tanto hoy es un día desafortunado.

(A continuación):

Damaceno. Este es el nombre de la llanura en que fue formado el Primer Padre Adán, por Dios. Éste es su nombre, su primer nombre: Adán. Y le entró su alma y habitó el Paraíso. Nacido Adán, nació la Primera Madre, Eva, la primera mujer, la madre de todo el mundo. Fue de pronto, como una gota escurrida de Adán. Y nació.

Allí donde no había cielo antiguamente, he aquí que la Palabra nació por sí misma, dentro de lo oscuro. He aquí que las piedras de una sola vez fueron creadas, y fueron las montañas. Y esta tierra, la que fue cogida para labrar a Adán, también. Por eso él es su hijo. Y entraron al Lugar de los Gemidos. Así lo llamaron cuando fueron labrados, aquellos que fueron el primer tronco de los hombres.

Dios el Verbo, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo, son el Dios de toda la tierra. Ellos crearon la Piedra Preciosa que se desprendió de la tempestad, con el velo de la gracia. El Verbo en su nombre; Josus tin gracia.

He aquí que al mismo tiempo nació de su Piedra el Espíritu de las estrellas; berbumtuorom es su nombre. El hijo natural de la Piedra, el hijo natural de la Tierra, tomó entonces a la Señora de la Tierra y fue a sentarse al altísimo cielo, a lo más alto del cielo, en lo antiguo.

Un gran resplandor llegó hasta abajo desde el Espíritu de la Sustinal gracia.

*

Trece veces ocho mil katunes había estado reposando en su Piedra, cuando se movió la Semilla del Señor Hunacceel.

Aunque no eran lo mismo que el Sol, de la Joya del Pecho del Sol bajó la casta de los hombres buenos. «¿Mis ropas, mis vestidos», hubieran dicho si hubieran sido dioses?

Así, pues, lo sabéis, y lo dice cualquiera. La tierra suave de la Orilla del Pozo [Chichén] dice que allí llegaron conquistando, al golpe de la guerra.

– Estaban en Chichén los Itzaes… (ayuda herejía)–. ¿Vinieron o estaban?

Uno Imix, el día de alcanzar el cielo, va el Rey al poniente del Pozo, en donde abierto está el templo. El Uno Imix es el día en que se dice en Chichén de los Itzaes: «¿Llegaron o estaban?»

¡Oculto es, oculto es! –dicen gritando–. ¡Oculto es, oculto es! ¡Lo saben las almas de los muertos!

Con trabajoso grito gritan las almas de los muertos, solitarias en el día que es el primero. Resplandeciente día fue, y otra vez fue de noche, cuando vinieron.

– ¡Estaban, estaban, estaban! ¿Llegaron o estaban?

¿Hay alguien por ventura que esté despierto?

Fuertemente dicen otra vez, en tres gemidos: ¡Estaban!

– ¡En el día de Dios, aquí eran ya moradores, eran ya pobladores!

Se les oía así.

– ¡No fue que llegaron a Chichén los Itzaes!

– ¿Llegaron o estaban?

Gimen así tres veces, en su día.

– ¿Soy alguien yo? –dice en su espíritu el hombre.

– ¿Soy éste que soy?

– ¿Soy acaso un niño que llora? –dice un medio de la tierra.

Para que lo entendáis. Dicen que fui creado de noche. ¿Nosotros acaso nacimos? Se ha dicho que fuimos criados por Miscit-Ahau.

Se rompió el final. ¿Quién es éste a quien amargué con mi canción? «¿Llegaron o estaban?»

– Dicen que estoy muerto. Lo dijo el Sacerdote del pueblo. Dicen que estoy escondido. Lo dijo «el que pierde al pueblo». Lo creyó en su deseo, lo creyó en su corazón. Porque «el que pierde al pueblo», al punto se aflige con mi canción.

– «Estaban … ¿Llegaron o estaban?»

Este canto todo es cumplida alabanza del Señor Dios.