DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Ruptura de Nivel

Se supone que los hombres vivimos en un ambiente compartido por todos y que ese nivel, digamos, espacio-temporal, que crea una atmósfera común para la humanidad, es homogéneo. Sin embargo, hay quienes piensan que ese espacio está lejos de serlo, conformado por una cantidad de puntos que son heterogéneos y por los cuales concurren energías de distinta índole que quiebran el supuesto continuo de lo uniforme. Esos puntos de coyuntura (teofanías) son también llamados los de ruptura de nivel y son los aptos para transitar de un grado espacio-temporal a otro que está implícito en éste pero que se sitúa más allá de su homogeneidad. Así en determinados lugares se verifican sitios de quiebre por donde las energías cósmicas hacen irrupción y se efectúan en ellos sucesos atmosféricos y de otros tipos que les dan un carácter geográfico y fenoménico disímil a lo monótono. Sin ir más lejos una montaña altera el paisaje de la llanura y es vista por los pueblos arcaicos como un elemento sagrado (la montaña mágica) que difiere del resto, o asimismo aparece un bosque (bosques sagrados) que atrae las lluvias y por lo tanto las regeneraciones físicas de la naturaleza.

En el paisaje del alma del hombre también existen lugares de esa naturaleza donde la conciencia se torna diferente a la habitual y se perciben como transgresiones de lo vulgar y corriente que el hombre registra como distintas y es capaz de recordar como tales:

«Así los emisarios de otros mundos aprovechan las situaciones de coyuntura, la unión entre dos esferas, la curvatura de dos planetas, la escisión en un espacio cualquiera de nuestras vidas anecdóticas … para que los espíritus puedan colarse en una realidad otra y purificarla a través de la sangre derramada y a veces del terror». (Federico González, En el Vientre de la Ballena. Textos alquímicos).

Imagen de la Ciudad Celeste. G. Poma de Ayala, Nueva Crónica y Buen Gobierno, c. 1615.
Imagen de la Ciudad Celeste. G. Poma de
Ayala, Nueva Crónica y Buen Gobierno, c. 1615

En estos casos la ruptura del nivel se relaciona con algún mensajero capaz de sacarnos de onda o de plantearnos nuevos problemas, o temas, que fecundan en nosotros mismos aunque:

«Todo emisario refleja en forma harto deficiente a quien lo ha enviado». (ibid.).

Debemos estar preparados para romper constantemente los niveles horizontales que tratan de poseernos y ahogarnos para lo cual la disciplina es una buena sugerencia y la paciencia un arma de eficiencia comprobada, pues:

La paciencia es la madre de la ciencia,

como dice el refrán popular.

Muchas personas no acreditan verdaderamente en la ruptura de nivel y prefieren, alegando su seguridad, no salir de la mediocridad conocida, una madriguera confortable.

2. Hay ciclos más amplios y hay otros más reducidos, los más reducidos se encuadran dentro de otros más amplios y así se estructuran las jerarquías y se conforma un zigurat de siete vueltas. Y al acompasarse entre ellas de forma teúrgica apuestan por los dioses intermediarios que son con seguridad aquéllos con los que tenemos que sintonizar para tratar de equiparnos respecto a esta nueva realidad (la postdiluviana) pues de lo que se trata es de una ruptura de nivel, en este caso cíclica. O sea un fin, y la descomposición y la imposibilidad de impregnar (ibbur) lo que ya no puede impregnarse, y un renacer pasando a otro mundo donde todo es lo más sutil y milagroso que pueda imaginarse, por decir algo. Resurrección.