DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Sagrado y Profano

Según Mircea Eliade:

La primera definición que puede darse de lo sagrado es la de que se opone a lo profano.

En efecto, estos dos conceptos se presentan en innumerables casos temporales y en distintos espacios, como cuando uno cruza el umbral de un templo.

Pero no todo el mundo es capaz de percibir lo sagrado, mucho más hoy día en pleno descenso de todos los valores religiosos, morales, culturales y artísticos, cívicos, científicos e individuales, industriales, agroindustriales, comerciales y un indefinido etcétera. Así lo ha sido en pueblos de distinta naturaleza y en diferentes épocas a los que Eliade toma como ejemplos que se repiten una y otra vez en disímiles culturas a lo largo del mundo y que coinciden exactamente con ritos que él narra y que podríamos dar como ejemplo. Mitos a los que él también recurre en sus libros, a los que hay que agregar los símbolos de los que igualmente trata en sus escritos.

Lo sagrado se manifiesta por sí mismo en seres inanimados o vivos. Como ejemplos citaremos distintas piedras o canteros que esculpieron un obelisco, pues lo mismo es que esta piedra sea bruta o pulida. Porque se puede escoger entre ambas posibilidades, lo que es lo mismo que decir: labrarse un destino.

Según el pensamiento de algunos hombres de las culturas más lejanas nos parecemos más que nos diferenciamos.

2. Lo sagrado son las huellas que dejan las deidades en la manifestación perenne, lo profano es no saber apreciarlo, o aún peor tergiversarlas, o sea, dar respuestas falsas a preguntas lícitas.

Las imágenes que destellan lo sacro son los símbolos que nos llevan a otras realidades. Por lo que conocer el significado de lo que revelan es conocer esas realidades que velan y desvelan simultáneamente los númenes. En este sentido se constituyen en mojones necesarios en la Vía del Conocimiento.

Lo sagrado es real e íntimo, lo profano exterior y superficial. Lo primero es lo coherente, lo auténtico y está cargado de poder. Lo segundo pierde empuje, comparado siempre con otras cosas es perpetuamente ilusorio y pasajero.

El símbolo está anclado en lo real y por consiguiente en lo eficaz, por eso su negación es fundamentalmente ineficaz y carece de poder porque sólo en eso queda. De más está decir que lo sagrado está en todas partes, sólo hay que tomar conciencia de ello para que se nos revele.

3. «Lo sagrado, que casi nada tiene que ver con la música de órgano, es una forma de percepción distinta de la vulgar llamada con precisión profana. Confundido con lo que hoy significa la palabra místico, algo vagamente conectado con lo emocional o ‘espiritual’, lo sagrado es para el hombre ‘corriente’, una posibilidad más, tal como la antropología filosófica. O una profesión para algunos idealistas. A veces aún es peor, se lo fantasea como algo moral, relacionado con costumbres temporales y prejuicios que se suponen buenos. También una vía de escape de ilusos o estúpidos; quizá la inevitable confusión con la superstición, el fraude y lo demoníaco. Muy probablemente se vincule a lo sagrado con la custodia de ritos y símbolos de los que todo se ignora y que ya no tienen ningún sentido. Tal vez desde el plano profano se imagina al espacio de lo sacro como algo que está en otro lugar físico, en otros mundos materiales imaginativos. Acaso se lo asimile a un hobby o pasatiempo del tipo de la filatelia. Todo es posible en la multiplicidad.» (Federico González, En el Vientre de la Ballena. Textos alquímicos).