DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Templo

Templo megalítico. Tarxien, Malta.
Templo megalítico. Tarxien, Malta

El Templo es una imagen de la casa divina, a saber, el universo, construido simbólicamente en la antigüedad mediante pautas numerales y geométricas precisas, a veces dictadas por la propia deidad, tal el Templo de Salomón.

El Templo de Salomón. Maimónides, Mishneh Torah. Venecia, 1524.
El Templo de Salomón
Maimónides, Mishneh Torah. Venecia, 1524

Lugar de reunión ritual de los fieles para honrar a sus númenes, es de forma unánime una construcción existente en la totalidad de las Tradiciones, pese a que ellas consideren que el verdadero templo es el alma del hombre.

Espacio significativo por excelencia, es el sitio donde se unen la vertical con la horizontal, y por lo tanto es capaz de transmitir los efluvios divinos. Imagen de esa recepción, el templo –o la casa cultual–, es el centro de la ciudad, o del mundo, que gira en su derredor.

También el templo puede ser portátil, tal el caso de pueblos en peregrinación como el hebreo (Arca de la Alianza), o los aztecas, portando a su dios Huitzilopochtli. De hecho, como ya hemos dicho, el templo está hecho a semejanza de la verticalidad del hombre en su doble constitución, divina y humana, horizontal y vertical, y por lo tanto como un mediador cósmico. Las columnas que sostienen la puerta serían las piernas, el laberinto de las catedrales su aparato digestivo, la nave central el tronco, el coro sus pulmones y las laterales sus brazos, el altar el corazón, especialmente el sagrario, habitáculo del éter de la Intuición Intelectual, su cabeza la cúpula, y también su salida a un espacio otro, supracósmico.

Templo Doble Mayor de Tenochtitlán. Códice Telleriano-Remensis.
Templo Doble Mayor de Tenochtitlán
Códice Telleriano-Remensis

Esto no debe sorprendernos dada la analogía entre macrocosmos y microcosmos, situándose la salida al primero en el polo, en la indicación simbolizada por la estrella polar, pivote alrededor del cual gira el universo y que tanto el templo como el hombre simbolizan, así como también lo hace el diagrama del Árbol de la Vida Cabalístico. Por lo que el templo portátil más perfecto es el propio hombre, que transporta a la deidad por doquier, a cualquier grado que sea y aun negando ese hecho portentoso –en razón de su libre albedrío– que es propio de su naturaleza.

Por todo ello se comprende que el ser humano, en su verticalidad es también una imagen del eje del mundo como lo son la montaña, el árbol, el poste sacrificial, etc. Orientación.