DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Venus-Afrodita (lat.-gr.)

Afrodita, mosaico romanoMosaico del siglo III
Bula Regia, Túnez

Nacida de la espuma del mar (esperma) después de que Saturno le cortara los testículos a Urano (cielo) y montada en una concha, Venus ha sido el ejemplo del Amor, en especial de la atracción sexual simbolizada por Eros, elemento fundamental de cohesión en la manifestación universal. Son conocidos sus amores con el guerrero Marte y también con Adonis, muestra de la atracción por la belleza física, como introducción a la auténtica Belleza; desde antiguo se ha distinguido a dos Venus: la uránica y la pandemos, la celeste y la popular, aunque las dos están ligadas al instinto sexual. En las iconografías, ambas se asocian con la manzana.

2. Así pues, quede dicho cuál es tal divina concepción. Dicen, desde luego, que la primerísima Afrodita es engendrada por causas dobles: una, como causa por lo cual, otra, como causa generativa. Dicen, en efecto, que Crono colabora con la procesión de ella como la causa por lo que, invocando la potencia fecunda del padre y // transmitiéndola a los órdenes intelectivos, y que Urano colabora como productor y causa, al revelar a esta diosa a partir de su propia abundancia generativa. Entonces, ¿por qué otra causa tenía que tomar hipóstasis la que reúne a los diferentes géneros según una sola aspiración a la belleza, sino de la potencia ensambladora de Urano? // Así, Urano la produce a partir de la espuma de sus partes fecundas una vez arrojado al mar, como dice Orfeo (Orph. fr. 127):

Y cayeron órganos genitales de lo alto al mar, y en torno a ellos, / que navegaban, se agitaba por doquier una blanca espuma; / y cumplidos los ciclos estacionales, el año engendraba / una doncella venerable, a la que acogieron en sus manos / al nacer, primero Envidia y Engaño juntos.

Botticelli, El Nacimiento de Venus, c. 1485
Sandro Botticelli, El Nacimiento de Venus, Florencia c. 1485

Y a la segunda Afrodita la produce Zeus a partir de sus propias potencias generativas y juntamente con él la produce también Dione; // pero la segunda Afrodita procede de la espuma del mismo modo que la primera; y acerca de ella dice así también el mismo teólogo (Orph. fr. 183):

De éste se apoderó un gran deseo, y de los genitales del excelso padre / saltó el germen de la espuma, y el mar acogió / el semen del gran Zeus; y al cumplirse el ciclo anual, / en las estaciones de bellas plantas, engendró a Afrodita que promueve la risa, / nacida de la espuma.

Por consiguiente, las diosas se diferencian unas de otras según las causas, según los órdenes y según las potencias; pues la que nace de Urano es hipercósmica y elevadora hacia la belleza inteligible y es dispensadora de la vida pura, y separa de la generación; la // de Dione gobierna todas las series coordinadas que están en el mundo de Urano y en la tierra, enlaza unas con otras y perfecciona sus procesiones generativas por medio de la combinación en armonía. Y están unidas entre ellas según la semejanza de su hipóstasis; pues a partir de las potencias generativas proceden, por una parte, la del ensamblador, // por otra, la del demiurgo. Y el mar manifiesta la vida desplegada e ilimitada, y su profundidad que avanza en todo, mientras que la espuma manifiesta lo más puro, lleno de luz y potencia fecunda y que nada sobre toda la vida y cual flor es lo más elevado de ella. Por tanto, Afrodita ha aparecido como // lo más uniforme y puro de toda vida. (Proclo, Lecturas del Crátilo de Platón, CLXXXIII).

Afrodita sobre la espuma del mar

 

3. Afrodita –siempre nombrada por Homero en la guerra de Troya– procura el amor entre Helena y Paris, manteniendo su apoyo al bando troyano.

En Roma, Venus es la diosa madre por ser la progenitora de Eneas; pero siempre encarnando la imagen del Amor, de Eros, aunque éste no es el mismo para Hesíodo que para Platón; sin embargo, ambas concepciones son válidas y hasta complementarias por su carácter intermediario y además fundamentales en la Creación.

Un alter ego de la diosa, a veces considerado su hijo es el alado Cupido, capaz de vehicular sus mensajes particularizándolos, por medio de sus famosas flechas, portadoras del Amor.

Tiziano, Venus de Urbino, 1538
Tiziano, Venus de Urbino, 1538. Galería Uffizi, Florencia

4. Yo soy Venus, diosa célebre y venerada en la tierra y en el cielo, propicia a cuantos habitan entre el Ponto Euxino y los confines del Atlántico y ven la luz del sol, rindiendo homenaje a mi poder, y funesta a los que se ensoberbecen contra mí. Es conforme a la naturaleza de los dioses que reciban placer de los honores que se les tributan. Pronto probaré esta verdad, porque Hipólito, hijo de Teseo, descendiente de las amazonas y discípulo del casto Piteo, es el único mortal que en Trecene se atreve a escarnecerme, diciendo que soy la peor de las deidades, y odia el lecho nupcial, y no quiere casarse y rinde culto a Diana, hermana de Febo e hija de Júpiter, creyendo que es la diosa de más poder, y vive siempre en su virginal compañía en la verde selva, persiguiendo a las fieras con sus ágiles perros frecuentando su trato y dándose más que humana importancia. (Eurípides, Tragedias).

Hathor, la Afrodita egipciaHathor
J. F. Champollion, Panthéon Égyptien

5. El equivalente egipcio de la diosa griega y de la fenicia Astarté es Hathor, relacionada con Isis y como diosa del amor descendiente directa de la Ishtar mesopotámica. Hija de Ra y esposa de Set, aparece asociada a Bes. De diosa del amor se convirtió en una deidad guerrera. Su aspecto iconográfico es el de una mujer con cabeza de vaca o posteriormente de leona, tal como Sekhmet, coronada por un disco solar.

6. En el modelo de la creación del hombre que se da en la Koré Kosmou, los dioses enuncian los atributos que implantarán en los hombres; allí Afrodita dice: Eros

"Yo les añadiré Deseo, Placer y Risa para que no sea tan dura la pena de esas almas a mí emparentadas que soportan la condena más terrible" Y Dios se gozaba, hijo, al oír estas palabras de Afrodita. (Extractos de Estobeo, XIII, 28).

7. El planeta Venus es fundamental para la simbólica precolombina puesto que este astro es Quetzalcóatl y sus exactas réplicas, Kukulcán, Gucumatz, Viracocha, etc.

Quetzalcóatl-Venus, Códice Fejérváry-Mayer, pág. I
Quetzalcóatl como estrella de la mañana. Códice Fejérváry-Mayer, pág. I

Venus recorre el cielo de una manera que intrigó a los sabios precolombinos puesto que intuyeron que la estrella de la mañana, el heraldo del sol, era a la vez la estrella vespertina, compañera de la luna.

Y lo que comprendieron fue que:

"El planeta Venus describe en el cielo un 'excéntrico' recorrido que comprende también un movimiento retrógrado. El período de Venus es de 584 días y se divide en cuatro partes: durante 250 días es la estrella vespertina, luego se torna invisible por 8 días, aparece de nuevo como estrella matutina por 236 días y desaparece finalmente por 90 días para volver a ser nuevamente la estrella vespertina, etc. Si tomamos como punto de partida a Venus en un día en que aparece a las seis de la tarde, cerca de poniente, después de puesto el sol, podemos observar que a partir de ese momento, los días subsiguientes a la misma hora, Venus se aleja del poniente y aparece a mayor altura hasta que su elongación máxima alcanza los cuarenta y seis grados, quedando entonces como estacionario durante varios días. Ha realizado un movimiento retrógrado. Luego se va aproximando cada vez más a poniente hasta desaparecer por estar en conjunción con el sol. Posteriormente vuelve a aparecer por levante, como estrella matutina, hasta alcanzar nuevamente una elongación de cuarenta y seis grados donde se mantiene estacionario, para retornar cada vez más hasta el Oriente y desaparecer otra vez en la otra conjunción solar, a la que se distingue de la anterior al llamárselas inferior y superior. Es decir, que el movimiento llamado directo es el que se efectúa de izquierda a derecha, como las manecillas del reloj y el retrógrado es el inverso. O sea, que el primero se realiza circunvalando al eje que queda sobre la derecha y el segundo teniendo el eje a la izquierda. Es necesario aclarar que las culturas precolombinas tomaban en consideración el nacimiento de Venus en el Este donde iniciaba su recorrido. Para los aztecas el ciclo comenzaba en ce acátl, signo del Este y de Quetzalcóatl-Venus." (Federico González, El Simbolismo Precolombino, cap. XII, en nota).