DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Himnos Órficos

Invocaciones del mítico cantor Orfeo a todos los dioses. Una selección de lecturas pronunciadas de viva voz de estos himnos nos transporta a un lugar de consonancias mágicas.

2. Aunque parezca curioso los hombres culturalizados de hoy día tomamos al mito como real, y aún a personas imaginarias como que tienen realidad en sí, o sea que existen corporalmente y se llaman tal o cual, aunque claro, en el pasado. Igualmente sucede con sus andanzas, costumbres, fechas de nacimiento y muerte, si está casado con tal y es hijo de tal o cual, es decir, se memorizan nombres y anécdotas que realizaron esos dioses: se los saben de memoria al Diccionario de mitología o a la Ilíada, pero no pueden relacionarlo con sus propias almas, ya que toda esta mitología existe en el hombre y, de hecho, todo este mundo maravilloso que cantaron los poetas, está diseñado para comunicarse al ser humano, sólo a él, como sujeto del Conocimiento.

Esto es decir que el símbolo (o mito) no es encarnado porque se desconoce la verdad sobre qué representan los símbolos y cómo actúan dentro de la psiqué humana. Recordando que los símbolos se aprenden de otros y nadie puede sacar su significado si estos otros no se lo comunican, ni vivirlo pensando en que él puede lograrlo por sí mismo.

Triunfo de Baco y Ariadna
Annibale Carracci, 1597-1602
Triunfo de Baco y Ariadna. Annibale Carracci, 1597-1602

Siempre hay algo en los mitos que jamás comprenderemos. Saber de mitos es encarnarlos, conocer, tal como hablan los metafísicos en esta materia. Los mitos no son producto de la imaginación individual, ni los sueños de los poetas, cantores, o un personaje cualquiera. Son ideas salvíficas que se esbozan tras la literatura y tienden a transmitir cada vez capas más profundas y distantes del propio sujeto que se entrega a escuchar estos cantos que también este autor mítico nos ofrece en estos himnos, que se invocaban a su vez a modo de oraciones.

A Dioniso

Invoco al atronador Dioniso, que lanza su ritual grito, primigenio, de dual naturaleza, engendrado tres veces, soberano transportado por delirios báquicos. Agreste, inefable, obscuro, provisto de dos cuernos, biforme, cubierto de yedra, de faz taurina, belicoso, que se celebra con gritos de júbilo, sagrado; que se complace en la carne cruda, de trienales festividades, adornado con racimos de uva y revestido de tiernas ramas, Eubuleo, prudente, engendrado por la secreta unión de Perséfone y Zeus, deidad inmortal. Escucha, afortunado, mi voz, danos tu aprobación, suave y benévolo, con un corazón propicio, acompañado de tus nodrizas de bella cintura. (Himnos Órficos, XXX).

3. Mencionaremos aquí una referencia indirecta de la relación de los Himnos Órficos con los distintos planetas, y la ubicación de estos "poderes gnósticos" y "vivificantes" con los epítetos de Dioniso-Baco, los cuatro elementos y las Musas. Hacemos notar que la primera referencia a todo ello es tomada del libro The Harmony of the Spheres de J. Godwin, lo que nos ha llevado a buscar en Taylor el fragmento que reproducimos; sorprendentemente, la edición española de la obra de Godwin (Armonía de las Esferas, Atalanta, 2009) no incluye, entre otros, el capítulo "Proclo" al cual pertenece dicha referencia.

Ficino, en su Teología platónica (IV, 128) tiene el siguiente notable pasaje, traducido lo más probablemente de algún manuscrito de Proclo, según conjeturo a partir de su conclusión. Por desgracia, no nos da a conocer al autor. "Aquellos que profesan, dice, la teología Órfica, consideran un doble poder en las almas y en los orbes celestes: uno consiste en el conocimiento, el otro en vivificar y regir el orbe con el que ese poder está conectado. Así, en el orbe de la tierra, llaman al poder gnóstico Plutón, al otro Proserpina. En el agua, al primer poder Océano, y al segundo Tetis. En el aire, a aquél el Júpiter tonante, y a este Juno. En el fuego, a aquél Fanes, y a este Aurora. En el alma de la esfera lunar, llaman al poder gnóstico Baco Licnites, al otro Talía. En el orbe de Mercurio, Baco Sileno y Euterpe. En el de Venus, Baco Lisio y Erato. En la esfera del Sol, Baco Trietérico, y Melpómene. En el orbe de Marte, Baco Basareo, y Clío. En la esfera de Júpiter, Sebazius y Terpsícore. En el orbe de Saturno, Amfieto, y Polimnia. En la octava esfera, Pericionio, y Urania. Y en el alma del mundo, al poder gnóstico Baco Eribromo, y al vivificante Calíope. Por todo lo cual los teólogos órficos infieren que los particulares epítetos de Baco son comparados con los de las Musas con este motivo: que podamos entender los poderes de estas como embriagados con el néctar del divino conocimiento; y que podamos considerar a las nueve Musas, y a los nueve Bacos, como girando en torno a un Apolo, que es por así decir el esplendor de un sol invisible." La mayor parte de este fino pasaje se ha conservado en Gyraldus, en su Syntagma de Musis, y por Natales Comes, en su Mitología, pero sin mencionar el autor original. ("A Dissertation on the Life and Theology of Orpheus", sec. III, en: The Hymns of Orpheus, translated by Thomas Taylor, 1792).

4. Igualmente a Apolo que dirige el coro de las Musas, con una lira en la mano, equiparada a la "lira de braccio" que Ficino también utilizaba en su canto de los Himnos Órficos y los Hermetica. Lira.

Baldassarre Peruzzi. Apolo y las Musas, c. 1519. Galería Palatina, Florencia.
Baldassarre Peruzzi. Apolo y las Musas, c. 1519. Galería Palatina, Florencia