DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Iniciación

El concepto de iniciación se ha perdido en lo que realmente significa, aunque algunos lo conservan, ¡ay!, en contextos como iniciación a la informática y vaya a saber a qué otra cosa. Y no es que nos moleste este sentido alegórico-popular, en todo caso más nos fastidia cuando es utilizado de manera universitaria como algo que, referido a la antigüedad, no es por eso creíble, o constituye algo risible, como era la improbable y pretérita Iniciación a los Misterios, comentario que aúna el desprecio hacia ideas perimidas por el progreso de la humanidad, con elucubraciones producto de la ignorancia en sí misma.

Estos sujetos jamás podrían imaginar que la iniciación es una realidad concreta que se sigue produciendo hoy día tal cual se ha producido siempre y ella configura un proceso físico, anímico e intelectual-espiritual, es decir, que se da en los tres planos donde se manifiestan el universo y el hombre en particular. Ligándose de este modo la individualidad con los iniciados y sabios de todas las épocas por ser éste un desarrollo hacia lo eterno –o sea hacia lo simultáneo e inmóvil–, que por ello la convierte entonces en contemporánea de los que han transitado por el mismo camino.

De la iniciación verdadera, como hemos dicho, nadie habla, por desconocimiento o porque se considera una ilusión, o una mentira de tipo vergonzoso, a pesar de los cientos (o miles) de ejemplos de los que se dispone; comenzando por una muy amplia bibliografía, mucha de ella testimonial o autobiográfica, por donde comenzar las investigaciones. Transmisión.

Ciertamente la totalidad de la vida es un proceso de autorrevelación en el que intervienen numerosos agentes transformadores, igual que lo que sucede en el alma del iniciado que se une así a los ritmos y ciclos del cosmos y pasa de ese modo a ocupar el lugar que le toca en la Creación.

La invocación muda y perenne en el athanor del adepto, su entrega al Conocimiento, es una virtud indispensable para su realización intelectual-espiritual, o sea para su iniciación. La metanoia es el proceso interno producto de la iniciación equivalente a la transmutación alquímica.

2. La iniciación es algo real y efectivo que se produce en el ser humano, en su interioridad, y de ella son capaces de dar cuenta los que la han vivido por medio de cientos de muertes y resurrecciones que conforman una escala en el camino del conocimiento y que podrían sintetizarse en dos grandes divisiones: la restitución del verdadero Ser, el hombre verdadero, es decir la ontológica (segundo nacimiento) y el siguiente gran tramo que se refiere al No-Ser e infinito, a la metafísica y al tercer nacimiento, esta vez polar y no simplemente solar.

Sin embargo se las suele tomar como una serie de ceremonias más o menos encubiertas o secretas, en general referidas a las Tradiciones primitivas que aún las mantienen, como el paso de la pubertad a la hombría o feminidad. También se suelen considerar como ritos iniciáticos por algunos el bautismo cristiano tal cual hoy se practica y otros muchos ritos religiosos de alcance lunar, o sublunar. Y aún las ceremonias laicas, universitarias y cívicas en general. De hecho, los más tradicionales de esos ritos, como los masónicos, están hoy en un período de sueño, e incluso los integrantes que pertenecen a las distintas Obediencias y Talleres (Logias) no tienen sino una visión profana de la Masonería a la que desconocen y por lo tanto como sus congéneres ni siquiera acreditan en tales, o en el mejor de los casos, lo suelen hacer de modo alegórico.

La iniciación se relaciona con una muerte (hombre viejo) y una resurrección (hombre nuevo), tanto en el segundo como en el tercer nacimiento, tema que acabamos de tratar. Y siempre va unida a la idea de viaje que es el que realiza el alma en el Camino del Conocimiento donde va descubriendo y vivenciando aspectos de sí misma, imágenes del auténtico Sí Mismo del que el ser humano está hecho a semejanza.

Los ritos iniciáticos dan testimonio de una realidad invisible que se pretende, y no constituyen sino formas que toman esas presencias desconocidas que de ese modo se manifiestan al simbolizarse o hacerse rituales. Estas presencias por sí mismas no constituyen ninguna iniciación ni deben ser tomadas de forma literal.

El proceso iniciático verdadero, que puede tardar varios años o alcanzar sólo un cierto nivel, o no producirse nunca, es el tema central y más misterioso de todo esoterismo. Y ello por la simple razón de que sólo lo conocen quienes lo han experimentado verdaderamente.

Iniciación 1 - En el laberinto.Herman Hugo, Gottselige Begierde, 1622. 
Herman Hugo, Gottselige Begierde, 1622

3. "Lo que sí nos interesa ahora es destacar que las ciencias y artes que se han dado en llamar la Tradición Hermética tienen un origen común, que se manifiesta históricamente a lo largo de la vida de Occidente, y que se expresa por intermedio de una serie de disciplinas y trabajos, mitos y símbolos, que constituyen un código coherente, susceptible de ser transpuesto a todos los códigos y sistemas tradicionales, pues en verdad ellos expresan y se proponen lo mismo: revelar un conocimiento oculto, permitiendo de esta manera la conquista del verdadero estado humano, el ser original, que todo hombre ha perdido por la caída, y que lo coloca en una situación infrahumana con respecto a sí mismo, motivo por el que ha de restaurar su verdadero Yo, que se halla oculto en su interior, tan sólo vivo en forma potencial. Y que debe actualizar, por la memoria de sí y el recuerdo del arquetipo original, con fe y amor, gracias a la doctrina tradicional, conocida en este caso con el nombre de Hermetismo."

"Que le permite re-nacer al estado auténticamente humano, de cara al cual los estados inferiores aparecen como sueños, o ensayos, o proyectos ilusorios, o mera tontería, por no decir estúpida vanidad."

"Estas disciplinas, o vehículos, llevan al aprendiz –a través del mundo intermedio– y lo colocan frente al tabernáculo, en el corazón del templo, en el eje, que igualmente comunica con la cripta o caverna, el país subterráneo de los muertos."

"O mejor, en el interior del sagrario, desde donde podrá iniciar su ascensión vertical, hacia la cúpula o la sumidad, que simbolizan la salida del templo o del cuerpo: lo supracósmico o lo suprahumano."

"Hace tiempo que ha recibido las aguas bautismales. Incluso ya se ha liberado de las pruebas del laberinto de las formaciones. Convertido ahora, por la comunión solar, en el Rey del Mundo, el aspirante podrá entonces ser absorbido enteramente en la función (sapiencial-)sacerdotal y escapar de la cosmogonía, que se le ha revelado, utilizando su identificación con ella como un soporte vivo de transmutación inefable." (Federico González, El Simbolismo de la Rueda, cap. IV).

4. Término muy mal comprendido por la legión universitaria, interesada en catalogar conceptos despojándolos de su dimensión auténticamente metafísica e intenciones verdaderamente gnósticas.

Viaje del alma equiparado al Conocimiento; también análogo a los trabajosos destinos de los seres humanos en el circular por este mundo, aunque de intención invertida.

5. Los pasos iniciáticos de un plano a otro siempre han estado relacionados con la idea de sacrificio, que incluye el sufrimiento a veces sangriento como en las iniciaciones indígenas mesoamericanas donde se cortaban trozos al pene o se lo eliminaba completamente o se perforaban distintas partes del cuerpo. En el norte de América se colgaban del pecho y este se iba desgarrando mientras el iniciado debía sufrirlo.

Iniciación 2 - sufrimiento. Ritos del O-ki-pa. Tribu Mandan. 
Ritos del O-ki-pa. Mandan
Georges Catlin, 1832

En otros casos los tapaban en un pozo a oscuras por tres días desnudos y en ayunas y algunas tribus aún lo practican. En las iniciaciones intelectuales-espirituales el proceso se efectúa con la vida diaria, en el mundo moderno y todos los sufrimientos que eso trae aparejado, particularmente cuando se toma conciencia de nuestra nada y del lugar donde estamos, o sea, a partir de la muerte de nuestras expectativas y deseos dentro del horrible espectáculo multisensorial del fin de un ciclo.

En el Árbol cabalístico el pasaje a lo lunar se produce en Yesod, el solar en Tifereth, el polar en Kether.

Iniciación 3 - Dante y Virgilio enviado por la dama celeste
 
Dante Alighieri, La Comedia, Infierno, II. Florencia, 1481.
Catálogo de los incunabula, Biblioteca Philosophica Hermetica

6. El neófito advierte "los Misterios del ser" en el Ser mismo que, como él, no sabe quién es, al punto de tener que contemplarse en el iniciado –una vez que éste se ha desembarazado de la espesa maraña de sus condicionamientos e ignorancia–, para conocerse. En este sentido creamos a Dios para que éste pueda mirarse en nosotros, la creatura, o sea que la madre auto generada pare al padre para que éste pueda fecundarla y de ese modo engendrar al mundo tal cual lo refieren distintas mitologías. Por lo que la identificación con la deidad no es sólo la definitiva del individuo con ella, sino un hecho cósmico de alcances inesperados y desconocidos.

Estamos hablando del invocador – invocado, paradoja que constituye un elemento indispensable del desarrollo de la creación a perpetuidad, ciclos que no tienen fin siempre que haya un ser que pueda identificarse con la Naturaleza Perfecta, capaz, como vemos, de ser un Dios, o participar con éstos en una nueva aventura olímpica.

7. "Los dioses y sus peripecias están íntimamente vinculados a los acontecimientos naturales, pero los dioses, o la energía de los dioses, es la que se encuentra oculta en los fenómenos y no son éstos los que generan o ponen nombre a los dioses, pues hay una jerarquía evidente entre los espíritus creadores y las criaturas.

"El dios náhuatl del viento Ehécatl, por ejemplo, no es tal sólo porque sople el aire, ya que en una cultura arcaica todo está unido indisolublemente y esta agitación de la atmósfera está conectada con la respiración divina y también con la humana y con el hálito vital del hombre y el mundo, con la fertilidad y la conservación y destrucción regeneradora que se produce en la bipolaridad verano-invierno, aspir-expir, y en varios otros pares de opuestos relacionados directamente con la vida y la muerte, o con la muerte y la resurrección, tan inmejorablemente ejemplificados por los ritmos naturales de la vegetación, sabiamente utilizados en la cultura del agro."

"Con esto queremos dejar aclarado que la Iniciación, que equivale a una regeneración, a un cambio de piel en el que se deja la 'otra' existencia, está íntimamente vinculada con estos ritmos naturales y por lo tanto con los agrarios, reiteramos, por ser éstos una exteriorización, o un modelo prototípico de creación de una nueva vida, a cualquier nivel que ésta se produzca. En este último sentido también el arrebato chamánico (inspiración divina) debe relacionarse con el aire en general y sobre todo vérsele como productor de vida y asimismo iniciador (psicopompos) de un proceso que el viento propicia y transmite, y que de seguirse el orden correcto, o natural, culminará con el nacimiento de un nuevo ser en la época adecuada, como sucede comúnmente con todos los frutos."

"Pero lo que verdaderamente ha estado siempre presente en estos ritos –lo que es claro en los misterios de Eleusis, para nombrar sólo un ejemplo– es que todas estas ceremonias evocan efectivamente una muerte y una resurrección, vale decir que no sólo representan el nacer a un nuevo estado a partir de los temblores, miedo y agonía de un deceso, sino que ejemplifican cabal y nítidamente y de manera concreta el tránsito post-mortem del alma, o sea el viaje que el ser realiza al 'más allá' inmediatamente después de la muerte. Ha de reiterarse que los trances 'chamánicos' igualmente repiten esta experiencia, visualizada asimismo como un descenso a los infiernos, o al centro de la tierra, de la que emerge el iniciado como nuevo, reconstruido, y con una percepción regenerada de la realidad. Estos chamanes son a la vez psicopompos y su descenso al país de los muertos muchas veces se debe a la tarea de rescatar un alma perdida. En todo caso esta experiencia se ve coronada por el éxito luego de una serie de aventuras en el otro mundo, de terribles peligros y obstáculos –entre los que se destacan unánimemente en toda América el cruce de un río y un puente como en otras tradiciones– lo cual reproduce simbólicamente el trayecto del alma en el proceso de Iniciación a los misterios cósmicos, ontológicos y metafísicos, o sea la navegación hacia el país de los ancestros."

"Hay una dialéctica del dolor. Dios es Amor y necesita Amor. Ama y es Amado. El dolor surge entonces como un ansia de ese amor y la imperiosa necesidad de amar. Todas las tradiciones del mundo han conocido esa paradoja, esta inversión y complementación, esta analogía que liga indestructiblemente a todos los pueblos entre sí y constituye la dinámica del mundo. El dolor como forma de amor a Dios constituye parte de la dialéctica de la creación y no sólo era practicada por la tradición judeocristiana, por los descubridores, sino también y de modo muy riguroso por los precolombinos. Este tipo de sacrificio, muchas veces sangriento, adquiría su completo sentido en las pruebas de iniciación, donde el Conocimiento y la preparación a otras realidades y formas de percibir diferentes, auténticas y verdaderas, necesitaba de la propia esencia, del ser del iniciado." (Federico González, El Simbolismo Precolombino, cap. VIII).  Neófito.