DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Zeus-Júpiter (gr.-lat.)

Padre de casi todos los dioses, o de los más importantes de entre ellos, su linaje era reclamado también por reyes como Alfonso X el Sabio que lo colocaban en su propio Árbol genealógico. Pero aun así su función paternal y de protector de una inmensa familia prima en el estado de conciencia que le es habitual, calmando las heridas y bendiciendo a la creación.

Modelo ejemplar, su influencia es tan marcada que se le atribuyen hijos nacidos de su propio muslo, como Dioniso. También preside la calma de los estados del alma y la tranquilidad que los caracteriza, aunque las descripciones a veces le pintan como el ejemplo vivo de lo contrario a lo que se acaba de decir e incluso maligno con su rayo, injusto y cruel y casi enfermizo en su búsqueda de relaciones sexuales con miembros de su propia familia.

En la Cábala la rama que le corresponde en el modelo del Árbol Sefirótico, es la opuesta a Gueburah (también llamada Din), la Justicia en hebreo, cuyos atributos son la balanza –de la cual Júpiter (Hesed, la Gracia) sería uno de los platillos mientras la propia Gueburah, Marte, conformaría el otro– e igualmente la espada para imponer esa Justicia y para castigar a los transgresores; al mismo tiempo que Kether, colocada en la sumidad (la Corona), estaría representando al punto más alto del invisible Pilar del Equilibrio, entre los polos positivo y negativo, del Rigor y la Misericordia, ejemplificando a Brahmâ en la Trimûrti de la Tradición Hindú. Este fiel de la balanza no es ni esto o aquello, ni lo uno ni lo otro, pues es una imagen del equilibrio inmutable de lo que no está sujeto a las condiciones de tiempo, espacio, y fuerza de gravedad, representando a la Unidad en cualquier nivel que ésta se produzca, como es el caso de Tifereth (la Belleza) que ocupa el centro horizontal y vertical del Árbol de la Vida Cabalístico.

Zeus lanzando el rayo. Bronce, Dodona.
Zeus lanzando el rayo. Bronce, Dodona

2. Alberto Bernabé en su obra Textos órficos y filosofía presocrática señala que en una versión de este Himno incluido en las Rapsodias, Zeus nació el primero:

Zeus nació el primero, Zeus, el último, el de rayo refulgente, / Zeus cabeza, Zeus centro, por Zeus todo está perfectamente dispuesto.

Zeus nació varón, Zeus fue inmortal ninfa, / Zeus, fundamento de la tierra y del cielo estrellado, / Zeus soberano, Zeus el propio autor primero de todas las cosas, única fuerza, nació único dios, de todas las cosas gran rector, / único cuerpo soberano, en el que todas ellas cumplen su ciclo, / fuego, agua, tierra y éter; noche y día / y Metis, primer engendrador, y Eros el que mucho deleita. /

Y es que todo ello se alberga en el gran cuerpo de Zeus; / su cabeza, de cierto y su semblante, hermoso a la vista / es el cielo esplendente, en torno del cual sus áureos cabellos / ondean hermoseados por refulgentes astros; / dos taurinos cuernos de oro posee a uno y otro lado: / el orto y el ocaso, las sendas de los dioses celestiales; / son sus ojos el sol y la luna que acude a su encuentro.

Su inteligencia es el éter regio, sin engaños, imperecedero, / con el que todo lo oye y lo medita: y no hay ningún / rumor ni voz ni ruido ni sonido / que escape al oído de Zeus, el poderoso Cronión / tal es la inmortal cabeza y el entendimiento que posee.

Y su cuerpo radiante, infinito, imperturbable, / intrépido, de robustos miembros, poderoso, así está configurado: / los hombros, el pecho y las anchas espaldas del dios / es aire poderoso y está dotado de alas / con las que vuela sobre todas las cosas. Su sagrado vientre / es la tierra, madre universal, y las inaccesibles cimas de los montes.

En el centro, es su cintura el oleaje de la mar de profundo rugido / y del ponto. Y el último fundamento, las raíces en el seno de la tierra, el Tártaro herrumbroso y los extremos confines de la tierra.

Y tras haberlo ocultado todo, de nuevo a la luz muy deleitosa iba a restituirlo de sus entrañas, cumpliendo acciones formidables. (Trad. Alberto Bernabé).

Y comentando El Papiro de Derveni, en su misma obra, A. Bernabé nos dice con respecto a la estrofa

Pero cuando la mente de Zeus hubo concebido todas sus obras, quiso unirse en amor con su propia madre

después de haber afirmado que de este papiro lo más importante es el comentario que incluye:

En esta columna el comentarista aborda un punto particularmente «escabroso» del poema, cuando Zeus desea unirse con su propia madre, es decir, cometer un incesto. Dado que está seguro de que «Orfeo» habla enigmáticamente y de que su discurso es sagrado, recurre a un expediente tan ingenioso como falso para que las palabras del poeta no signifiquen lo que parecen significar. Aprovecha que en griego existe una forma semejante al posesivo éâs ‘su’, con el significado de ‘bueno’ y considera que ‘madre’ es una forma de referirse al intelecto y éâs significa ‘bueno’, con lo que el poeta no querría decir «con su propia madre» sino «con un intelecto bueno» y no estaría hablando de un incesto.

3. Y Zeus […llegó a la cueva, donde] / se sentaba Noche, sabedora de todos los oráculos, inmortal nodriza de los dioses. / …vaticinar desde lo más recóndito. / Ella le vaticinó todo cuanto le era lícito lograr: / cómo ocuparía la hermosa sede del nevado Olimpo. (fr. 6 B.)

Zeus no sólo es aconsejado por Noche, sino también por Crono. El consejo más importante que recibe y que luego pondrá en práctica consiste en engullir el falo del Cielo (quien, igual que en Hesíodo, se supone que había sido castrado por su hijo, Crono).

Zeus, una vez que oyó los vaticinios de su padre, / se tragó el falo del (Cielo), que había eyaculado primero el éter. (frr. 7-8 B.)

La devoración del falo del Cielo provocará que Zeus quede «embarazado» de todo el universo. Conocemos este tema del dios embarazado en un poema hitita llamado Reinado en los Cielos o Teogonía en el que se nos cuenta que Anu, dios del Cielo, es castrado de un mordisco por Kumarbi (el equivalente hurrita de Crono), que engulle sus genitales y queda así embarazado de varios dioses. (Alberto Bernabé, Textos órficos y filosofía presocrática).

4. Ya hemos mencionado a Júpiter como Deus Pater, pero estas funciones deben conjugarse con el nombre más antiguo de Júpiter que es según Varrón (De Lingua latina V, 66) Diepeter, esto es Dies Pater (Padre Día).

Los entes derivados de él se denominan dei (divinidades); el mismo origen es el de Dius (dios) y Divum (cielo) de donde expresiones como Subdivo (a cielo abierto),

y agrega:

El propio Júpiter es llamado Dius Pater en cuanto dios de ultratumba y de la tierra, por tener todo en ella su principio y su fin.

Zeus Tonante, extraída del archivo de imágenes del Warburg Institute.
Zeus Tonante, extraída del archivo de imágenes del Warburg Institute

No hemos hablado aún de su descendencia e hijos, de los cuales los más conocidos o importantes son: las Tres Gracias, las hadas hijas de Perséfone su nieta; con Mnemósine procreó a las nueve Musas; a Atenea que nace de su boca o cabeza; también a Afrodita-Venus en su cruce con Dione y nada menos que a Hermes (hijo de Maya), así como a Artemisa y Apolo (Leto), y muchos otros, lo que, probablemente lo hizo tan popular entre los grecorromanos; aunque como en el caso de numerosos de sus hijos su procedencia es mucho más antigua.

Su esposa es Hera-Juno, la diosa más popular y temida por los infieles griegos dada sus venganzas de cara a los múltiples amoríos de Zeus, del que además era hermana, aunque al comienzo se resistía a su asedio. Como todas las parejas femeninas de los dioses hay que adjudicarles sus múltiples atributos, en este caso netamente celestes y maternales pese a abandonar a su odiado hijo Hefesto por monstruoso.

Las parejas femeninas de los dioses, sus atributos y opuestos, son llamadas Shaktis en la Tradición Hindú. Dioses-Diosas.